La vida es increible.

Estoy en un sitio al que yo llamo «la colina», el sitio que me vió nacer como adulto.

Aquí, muy cerca de la casa de mis padres (mi casa de toda la vida) en medio del campo, he pasado muchos, muchos atardeceres, y muchas noches como esta.

Hoy he vuelto a aterrizar por aquí, casi por azar. Me apetecía volver a ver la puesta de Sol, tenía pendiente culminar esta obra que está siendo el lanzar la web que ahora mismo estais viendo, solo me quedaba escribir una entrada de bienvenida para el blog, que la verdad, no sabía como iba a resolver; la presión de tener que escribir una entrada especial, como punto de partida me generaba cierta confusión. Demasiadas cosas que explicar.

A lo largo de la ejecución de la web, he pensado mil veces en que, lo primero que haría, una vez acabada, sería escribir una primera entrada explicando lo costoso que me ha resultado trasladar a una web todo lo que tenía en la cabeza. En primer lugar por que era concretar este proyecto que es el resultado de toda mi trayectoria profesional, pero principalmente por tener que ajustarlo a este formato web, en este mundo odioso del marketing digital, del estallido comercial, de la aceptación por parte de la comunidad profesional y de las normas de la red. De lo que se supone que debe ser.

Y no sabía bien como contarlo. No sabía si explicar con ejemplos todas las vueltas que le he dado para ser fiel a mis planteamientos manteniendo la ortodoxia y sin vender ninguna moto, si volver a explicar todos los contenidos de la web pero con otras palabras, o la impotencia que me generaba el tener que adaptarme a este formato, y por momentos tener la sensación de que me iba dejando cosas en el camino.

Finalmente, y con bastante esfuerzo, creo que he conseguido mi objetivo de que esté todo lo que creo que debe estar. Y sin llegar a ser esa página web, especie de nave galáctica de Star Wars-super brutal-que para verla se necesitan unas gafas de 4D-con una estética impactante, que originalmente concebí, creo que ha quedado coqueta y sincera, bajo una idea estética similar a lo que quería. Yo siempre concibo cosas muy bestias, y claro, nunca llego a ese nivel. Pero me siento orgulloso de ella.

Así que, mientras echaba un vistazo al movil, a las fotos guardadas en el Messenger, he dado con unas fotos que hice a un texto que escribí hace tiempo para mi, en la intimidad de mi cuaderno, como punto de partida y como apuntes de futuro, con el fin de recomponerme y hacer la transición a esta nueva etapa.

Días después de escribirlo, hice unas fotografías para no tener que transcribir lo del cuaderno, y enviárselo a las que ahora son mis compañeras; con el fin de ilusionarnos juntos, y para dejar por escrito mi idea en aquel momento. No lo había vuelto a leer desde entonces.

Y no se si son las coincidencias, o es que realmente la magia existe, pero al terminar de leerlo y ver la fecha en la que estaba escrito, me he dado cuenta de que hoy; 24-8-2017; hace exactamente un año desde que escribí aquello. Creo que, si la magia de las pequeñas cosas existe, no está precisamente ahí fuera y de repente te alcanza como un rayo, si no que está en uno mismo. Y al alcance de todos.

Cuando he comenzado a leerlo en la pantallita del movil, me he dado cuenta de que ese era el texto que tenía que colgar como primera entrada del blog, por que explicaba sin tapujos y escrito solo para mi, todo lo que ahora es nuestro querido proyecto MEB, y sintetiza muy bien lo que se encuentra actualmente en la web. ¡No lo había vuelto a leer! Y me he sentido muy bien de comprobar la fidelidad con la que se ha trasladado esa idea que volqué en un rato en el cuaderno (pero con el trabajo de toda una vida detrás), a lo que es el proyecto que se inicia ahora. Pondré las fotitos (alguno supongo que entenderá la letruja) y no me quedará mas remedio que transcribir el texto, que ciertamente resulta una especie de documento informal de fundación de MEB.

Ha sido un momento único, ya que por si fuera poco han empezado a sonar de repente, algunas de las canciones (o páginas de mi vida) que tenía en una carpeta en el pen drive del coche, y que explican, mejor que otra cosa, el camino hasta aquí. Y cuando ha sonado Every grain of sand, en su versión demo, de Bob Dylan, que es quizás, de todas, la canción que mas supone una oración para mi, he agachado mi cabeza, la he apoyado en el coche con los ojos cerrado reviviendo aquellos momentos en los que esta canción me ha acompañado ante el peligro de un nuevo día, y como esa música, lograba acercarme a alguna parte, solo mía, en la que me sentía mas fuerte.

He visto pasar como en flashes ante mi estos últimos 20 años, y ha sido cuando me he dado cuenta que tenía que escribir exactamente estas palabras.

Entre billones de posibilidades, este es, sin duda, el momento en el que debía suceder todo esto.

 

David Sánchez Caballero. 24, Agosto 2017!