Puede parecer que este texto no sea algo que encaje en la ortodoxia de un blog de un recurso que da un servicio como el nuestro. Sin embargo, este proyecto siempre ha sido un proyecto de personas, para personas, y entre personas. Y ahora mas que nunca, en estos momentos convulsos que estamos viviendo, necesitamos expresarnos, consolarnos y de alguna manera esto tenía que estar aquí entre las páginas de nuestro cuaderno de bitácora.
15 de Marzo, 2020.
Tengo abierto en el escritorio de mi ordenador el mapa de España poblado de puntos rojos, nuestro querido símbolo expresando el volumen de casos de contagio de coronavirus, y la sensación es indescriptible. La misma maldita, contradictoria y gélida sensación de estos últimos días… iba a decir semanas. ¿Vosotros sabéis el día en el que vivís? Yo perdí esa noción.
El tiempo está desapareciendo, el tiempo es el gran revelador. Time is the revelator. Es el título de la canción que estoy escuchando ahora mismo. Empiezo, después de varios días, a sentir algo de atracción hacia la música. Hasta eso, mi impulso mas innato, se detuvo.
Este texto se entiende con esta maravillosa canción de Gillian Welch: Time is the Revelator.
Hoy he estado en nuestro querido centro, MEB, he acudido a cerrarlo, lo he disfrutado un ratito, poniendo algunos adornos, como si fuéramos a volver mañana, he llenado la nevera de cervezas, envuelto en esa misma sensación que me acompaña a lo largo de esta negra travesía, mezcla de tristeza, de querer y no poder, de estar pero no estar. De ser pero no ser. De haberme perdido en algún punto y de vagar sin sentido, sin ser capaz de encontrarme.
Los pájaros están cantando, el Sol ha lucido todo el día, el aire de tormenta empieza a soplar trayendo el bendito olor a lluvia y tierra mojada, la vida natural sigue, se expresa, pero yo siento que estoy enfermo sin ni siquiera estarlo. Medio vivo. Medio muerto.
Se ha ido todo. Siento como si hace unos días Thanos hubiera chasqueado los dedos con el guantelete de las gemas del infinito, y mas de la mitad de lo que soy se hubiera ido a la mierda. No es una metáfora, se ha ido.
He perdido todo. He perdido el roce, el contacto, el abrazo, el beso, el gozo de la compañía, ver vuestras caras, vuestras palabras. La vida así, apenas merece la pena. No me bastan ni los memes, ni los buenos deseos del Whatsapp. ¿De qué me vale este valioso tiempo libre, del que dispongo ahora si no tengo qué hacer. Si no están los sentimientos que empastan con los hechos.
¿Había alguien viviendo la vida antes de esta desoladora manera en la que yo estoy viviendo ahora? ¿Cómo hemos podido permitirlo? Me he despertado sobresaltado en mitad de la noche, revelado por lo que éramos, por lo que somos, por todo aquello que puede llegar a ser, por todo aquello en lo que nos podemos llegar convertir.
Cada día, una nueva toma de consciencia, un nuevo reajuste cerebral, una nueva realidad, una nueva búsqueda de certezas en medio del vacío universal. Para no tirar la toalla. Cada día una nueva capa de consciencia, una conducta subsecuente, una nueva búsqueda de horizonte.
Fascinante y muy explicito desde un punto de vista psicológico. Nada que me interese lo mas mínimo en estos momentos. Me ha dejado de interesar todo aquello que me interesaba.
Apenas puedo abrazar a mis hijos, qué crueldad. Mi paciente favorita yace sola, sin compañía, aislada en la cama de un hospital. Me falta su sonrisa cómplice, la faltan mis besos, mi abrazos, mis manos entrelazadas con las suyas.
No se lo que va a pasar. Creo que estos momentos de sacudida pueden llegar a sacar lo mejor de nosotros. Y me gustaría que eso estuviera aquí para quedarse. Es de las pocas certezas que tengo. Aun no se ni como. Me gustaría no perder mas el tiempo de lo que lo perdimos en nuestra anterior vida, ¿No os parece a vosotros también que ya ha sido suficiente? Ese es el sentimiento paradójico en el que vivo desde hace días. Querer vivir, querer estabilidad para todos, recuperar la vida de antes, pero –al mismo tiempo- no quiero conformarme con eso, quiero que esto nos haga explotar, aunque sea para, a partir de ahora, dejarnos de pamplinas y valorar en su justa medida el milagro de la vida.
Estoy bien. Supongo que esto que cuento, refleja un sentir lógico, algo que tenía que pasar. No nos vamos a esconder.
MEB va a seguir. Sois muchos a los que se os han vapuleado los sueños como un trapo, y si hay alguien a quien eso no ha de importar, es a nosotros. Nuestro trabajo siempre ha sido la adaptación al medio desde lo que hay, el ir a tumba abierta, sin miedo a perderlo todo, sin amarrar. Saldremos de esto, y además como un torbellino que arrase todo a su paso.
Give till it helps. Give a fair share.
(Time the) Revelator.
David S.C
El video de la canción (que veis mas arriba) lo he encontrado por azar en internet y encierra a la perfección las imágenes, la estética y el sentimiento que expresa este texto. Mas abajo, podéis ver la fabulosa actuación de esta magistral pareja: Gillian Welch & David Rawlings, interpretando esta sublime canción, donde alcanzan unas cotas de intensidad y autenticidad dificilmente igualables!
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